Dedicatoria al anterior propietario. Restos de adhesivo en cubierta trasera.
Durante la primavera, en la oscuridad de los toneles, el vino, aun el más viejo, experimenta una ligerísima floración. Es la propia vida, que perdura y florece. Así sucede con Francisco de Asis, vino fino y precioso que florece y fructifica incesantemente en la cultura, en la Iglesia y en este hermoso libro de Leonardo Boff, que plantea cinco cuestiones de suma importancia para nuestro tiempo: 1) El sistema en que vivimos, que se tambalea por acusa de la crisis de las formas de acumulación y del dominio depredador de la razón. 2) La sociedad moderna, en cuyo cuerpo social se abre un escandaloso abismo entre ricos y miserables. 3) La liberación integral que Poverello pretende no mediante la acusación la violencia, sino mediante la bondad, que hace que brille en las tinieblas el lado bueno de cada hombre. 4) La eclesiogénesis, es decir, la permanente génesis de la Iglesia, que es, ante todo, acontecimiento de fe nacido como respuesta a la Palabra oída y vivida en el amplio espacio del mundo. 5) Por último, la integración de lo negativo de la vida, mediante la cual Francisco hace de su propia dimensión tenebrosa camino hacia Dios. Pero lo que más destaca entre las líneas de este texto denso y profundo es la ternura y el vigor del propio autor. Nos hallamos ante un hombre apasionado que, desde la palestra de su propio ser y de una sociedad cruel, se esfuerza por vivir lo que el Poverello vivió, sin limitarse únicamente a contar lo que hizo. Este libro no es sólo el resultado de largas horas de estudio y reflexión, sino más bien el fruto de muchos años de franciscanismo ardientemente vividos. Por eso puede el autor afirmar: "Yo, fraile menor de un país muy distante de Asís, teólogo, menor, periférico y pecador, he visto y doy testimonio. En honor y alabanza de San Francisco. Amén".