No se trata de un libro más. Es el primer relato que refleja plenamente cómo es la Madre Teresa, su gente y su obra. Desmond Doig ha coseguido una lúcida pieza literaria que llega a las fibras más íntimas del corazón, sin la menor huella de falso sentimentalismo.
La Madre Teresa comunica el amor de Dios a todo el que entra en contacto con ella, y es una parte de ese amor lo que late en cada una de las páginas de este hermoso libro.
Doig ha sabido entender a la Madre Teresa y logra provocar en el lector el deseo de gritar con rabia, con pasión, con dolor y con tristeza ante la pérdida de vidas y energías humanas que ocasionan la injusticia y la falta de solidaridad en el mundo. Pero no basta con gritar. Son vidas y energías humanas lo que se pierde, y tenemos todos la obligación de participar con la Madre Teresa en la tarea de hacer cesar tal estado de cosas.