Sobrecubierta ligeramente deslucida.
Castilla, 1360. El rey Pedro I de Castilla, el Justiciero para unos, el Cruel para otros, está empeñado en una
lucha contra Aragón y contra su hermanastro, Enrique de Trastámara.
Pedro sabe que en sus filas hay un traidor. Uno de los suyos, de sus íntimos, de aquellos en los que más confía.
Uno de cinco. Descubrirlo es vital. Pero el único hombre que puede revelarle la identidad del traidor,
Martín de Utiel, ha muerto. Todo parece indicar que no ha sido una muerte natural; el cuerpo de Utiel aparece
destrozado, se diría que aplastado por una fuerza inmensa. No hay junto a él arma ni asesino. No hay nada.
Rodrigo Muriel, recién llegado de un viaje que le ha tenido años fuera de Castilla, debe descubrir quién es el
asesino de Utiel, dar con aquél que ha traicionado a su rey. Junto a Pero Ruyz, un veterano ballestero del Rey,
y Alfonso de Sirga, pesquisidor real, parte para el Castillo de Llaguno, en busca de las respuestas que Pedro
necesita con urgencia.